Governors Island es un lugar de recreo, con grandes extensiones de césped y altos árboles. Algunas casas de ladrillo atestiguan el paso de los años. Desde su costa se divisan New Jersey y Manhattan. Los niños juegan en las fuentes; muchas personas andan en bicicleta.
Vista desde Governors Island.
Desde hace ocho años, los poetas neoyorquinos se reúnen en esta isla paradisiaca para escucharse y verse en su Festival. Pequeñas tarimas fungen como foros: White Horse, Algonquin, Chumley’s. El público se sienta en el pasto. Los puestos de libros ocupan pequeñas carpas. El logotipo es nada menos que el cuervo de Edgar Allan Poe.
En este Festival se organizan las tandas de lectura por editoriales o por grupos. Yo llego al Festival por invitación de Darklight Publishing, cuyo director, Roberto Mendoza Ayala, mexicano, radica en Nueva York desde hace años. La editorial publica a poetas estadounidenses y mexicanos, en ediciones bilingües.
En la lectura de Darklight Publishing en este 8o Festival Anual participamos María Ángeles Juárez Téllez, Arthur Gatti, yo (Iliana Rodríguez Zuleta), Bernard Block y Jessica Nooney. Nos toca en el foro White Horse, que hace honor al nombre de la taberna de Manhattan en la que solía beber Dylan Thomas. El público es muy numeroso a las 14:30 del domingo 29 de julio de 2018.
Roberto Mendoza Ayala, el editor, presenta a los autores de Darklight Publishing. La primera es María Ángeles Juárez Téllez, a quien su estado natal de Michoacán ha nombrado Tesoro Vivo. Lee en español poemas de su libro En el fuego del tiempo ante un público angloparlante que se deja fascinar por el ritmo. Arthur Gatti les lee la traducción en inglés. Enseguida toca su turno justamente a Art Gatti, neoyorquino de nacimiento que, en su libro Canto de águilas mudas, da cuenta de sus raíces italianas y de la vida en su ciudad natal. También lee algún texto de otro libro.
Es mi turno. Leo en inglés poemas de mi libro Traza. Antes he ensayado con Art la pronunciación. Me emociona, en esta isla, leer mis poemas sobre sirenas. Me emocionan también el puente de idiomas, culturas, gente. Cuando llego a mi último texto, decido leerlo primero en español para compartir con el público la musicalidad de nuestra hermosa lengua. Termino en inglés y recuerdo cómo debo pronunciar lentamente el título, para mantener el hiato: Geometries.

Bernard Block, también de Nueva York, lee poemas de su libro ¿Soy el guardián de mi hermano?, en el que penetra con mirada crítica algunos temas sociales. Tiene una gran altura lírica. Por último, Jessica Nooney, también estadounidense, feminista, bailarina en su juventud, lee un poema de su libro La política del cuerpo. Pienso, al escucharla, que nació el mismo año que mi madre, en 1938.
Terminamos y todo parece un sueño.
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En el Festival, Roberto y yo conocemos a Gabriel Raines, quien se autodefine como poeta de la voz. Escribió todo un libro con solo onomatopeyas y sílabas sueltas en que se privilegian el sonido y el ritmo.
Más tarde, al recorrer los puestos de libros, el azar me lleva a platicar con Ingrid Phillip, quien ofrece un disco compacto con poemas en voz alta sobre una experiencia traumática que tuvo y su proceso de sanación. Me regala un girasol y una sonrisa.
De vuelta en el puesto de Darklight Publishing, a nuestro lado pasa un performance del «burdel de poesía». Otro grupo nos invita a ver los video-poemas en una de las antiguas casas de ladrillo.
Después de la lectura de Darklight Publishing, me quedo a ver a uno de los estelares del programa: Nico Tortorella. Realiza una suerte de performance en el que luce sus dotes histriónicas (es actor de profesión, y también poeta).

Entonces pienso en los lenguajes de la poesía contemporánea y en cómo se transforma actualmente el concepto mismo de poesía.
El Festival y la tarde acaban. El ferry nos regresa a Manhattan.
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Fotografías de mi lectura: Lucía Eva López.
Crónicas, de Iliana Rodríguez Zuleta, se distribuye bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivar 4.0 Internacional. Basada en una obra en https://ilianarodriguez.com.