Experiencia espiritual y secreta

Héctor Carreto

  • Reseña de: Iliana Rodríguez, Embosque, México, Universidad Autónoma de la Ciudad de México, 2013.

Lo emocionante de leer poesía es que nos puede conducir por caminos insospechados; aventuras muchas veces inimaginables. La poesía de Iliana Rodríguez Zuleta, específicamente en Embosque, nos abre la puerta para que podamos experimentar un viaje sin indicaciones explícitas. Y esa puerta, hoyo, boquete, es la entrada a un laberinto a cuyo final, a cuyo centro mismo, habrá que llegar. Imagino que la naturaleza de este laberinto es la de cierta doctrina ascético-mística que consiste en la concentración de uno mismo a través de numerosas rutas plagadas de sensaciones y emociones, suprimiendo todo obstáculo a la intuición pura, para volver a la luz, intacta de los vericuetos de los caminos. Las idas y vueltas en el laberinto simbolizarían la muerte y la resurrección espirituales. Y en este oscuro sendero avanzamos, a ciegas, dando tumbos

por todo el laberinto.
Ir a la memoria
y al volverte
topar de súbito tu estatua.
Sin hilos de emergencia.
Caerte y levantarte.

Gracias a la luz de los “cirios que arden en esta cueva”, a las ondeantes flamas, al reflejo de los cristales, al brillo del barniz, a “la nieve en los volcanes afiebrados”, podemos percibir lo más negro en la negrura; es decir, el deambular de las sombras. Unas cuantas pinceladas claras sobra tanta sombra, como en los lienzos de Zurbarán, Caravaggio, DiegEmbosqueo Velázquez.

Todo laberinto es una prueba, y sólo el iniciado podrá llegar al fondo, enfrentando pruebas, venciendo al monstruo que nos horroriza al descubrir que palpita en el interior de nosotros mismos:

En el reino de las sombras, los lagartos crecen.
Desde las grietas quieren señorear la angustia.
Vigilan.
Saben esperar como las piedras.

Vienen desde lo más recóndito del hombre.
Salen del pecho del durmiente.
Le insuflan sus visiones.

Ahogados con su peso, nos entregamos al delirio.
En este reino de lagartos, nuestra sombra crece.

En esta travesía, el sueño carece de todo sentido psicológico. Aquí es otra forma de inducción y conocimiento, en donde se suceden constantes metamorfosis. Es el tránsito de sombras que de pronto son estatuas vivas, de “flores como aves que se vuelan de las palmas”, y sueños que contienen otros sueños: “En los cristales habita mi fantasma. / El rostro oval, como de foto antigua”. O los versos del poema “Sueño adentro”, que dicen: “Abismo de mis sombras, / este mar se sueña en otra noche.”

Con Embosque, Iliana Rodríguez Zuleta nos entrega una poesía que nos seduce por su sonido, como de murmullo, por la arquitectura de su versificación, por la belleza que encierra el misterio de sus imágenes, por la intensa emoción contenida en sus palabras, y por el gran reto en arriesgarse en una experiencia espiritual y secreta, más allá de las simples explicaciones de la vida cotidiana.

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hector
Héctor Carreto

Héctor Carreto ha publicado, entre otros libros de poesía, ¿Volver a Ítaca?Naturaleza muertaLa espada de San JorgeHabitante de los parques públicosIncubusColiseoClase turista y Testamento de Clark Kent. Ha sido merecedor de distinciones como el Premio Nacional de Poesía Carlos Pellicer para Obra Publicada 1982, el X Premio de Poesía Luis Cernuda 1991 y el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 2002.

 

 

 

 

 

 

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